martes, 30 de octubre de 2012

Amor (Amour - Michael Haneke)



Valoración: 9/10

El muy galardonado director Michael Haneke (“La Cinta Blanca”, “Funny Games”…etc) cambia de estilo e historia dando un intimista giro para rodar un nuevo acierto titulado “Amor” (Amour). Su película se alzó con la palma de oro en Cannes, así como recibió el premio Fipresci durante la 60 Edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, entre otros reconocimientos.

“Amour” nos acerca al día a día de un matrimonio de la tercera edad, su complicidad, sus actos de cariño, sus disputas… su vida, su amor. Pero la senectud no tarda en cobrarse su precio, la enfermedad atenaza a la mujer, y una sombra oscurece toda su pacífica existencia poniéndolos a prueba.

“Amour” introduce al espectador de la mano en la intimidad de la vida del matrimonio protagonista. Los planos fijos, la inteligente ubicación de la cámara y consiguiente perspectiva del espectador, transforma a la audiencia en observadora de todo cuanto acontece entre los muros del conyugal domicilio, la hace voyeur de lo más íntimo, el amor, la enfermedad, la muerte… y todo ello realizado con una veracidad, un nivel de verosimilitud inusitado en el cine que conecta directamente con lo más profundo del espectador, no sólo en su emoción sino en lo visceral, consiguiendo una catarsis que hace al público abandonar la sala con un considerable nudo en el estómago, y eso, tiene mérito, mucho mérito.

Nada de esto sería posible si bajo el perfecto despliegue técnico no hubiera unas interpretaciones magistrales que rubriquen tanta verdad como desprende esta película. En “Amour” el trabajo de sus dos protagonistas es titánico, Jean-Louis Trintignant (“Tres colores:Rojo”), borda el retrato de un marido amante y sufriente, y Emmanuelle Riva (“El skylab”, “Mi hijo”) elabora una de las interpretaciones más sobrecogedoras y veraces que he podido ver jamás en pantalla encarnando a   la mujer presa de la enfermedad, despidiéndose de la conciencia, la realidad, del amor y la existencia. Impresionantes los dos, cercanos, reales, dos actuaciones que junto a la labor del director engarzando todas las piezas no invitan a otra cosa que al respeto y admiración por crear una obra tan impactante partiendo de los elementos, emociones y miedos más básicos y cotidianos.

Es con todo ello, “Amour”, una película que si bien resulta lenta, lentísima, en su desarrollo, merece la pena visitar aunque sea una vez. Un trozo de gran cine, un pedazo de vida real atrapado en celuloide que hace sonreír, aterroriza y sacude cada fibra de emoción. Una película no para todos los gustos, pero de innegable calidad, Haneke firma una obra imprescindible.

-Enoch-

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